Cuando miramos atrás nos sorprendemos al pensar de qué
manera empezamos a ayudar a la gente. Pensamos en ello y recordamos aquella
sala del café de la iglesia evangélica Centro Cristiano de Palencia, a menudo
llena de ropa. Allí atendimos a nuestra primera beneficiaria, Inma, una mujer
de etnia gitana que tenía una niña pequeña. Y allí atendimos también a cuantos
nos solicitaron ayuda durante los siguientes meses: a algunas personas les
ofrecíamos ropa, a otras alimento, y a otras los recursos para poder trasladarse
a sus lugares de origen o a otras ciudades en las que quizá encontrarían
trabajo o el apoyo de personas cercanas. Y todo ello gracias únicamente a la
buena disposición de los miembros de la iglesia evangélica Centro Cristiano.
Más tarde, en 2007, empezamos a contar con la ayuda
del Banco de Alimentos. Jóvenes y mayores ayudábamos a clasificar la comida que
recibíamos y a repartirla en lotes para dársela a unas cuantas familias
necesitadas de nuestro entorno. Por aquel tiempo, no solo la sala del café,
sino también la antesala de la iglesia se llenaban de leche, patatas, yogures y
macarrones, así como también de risas y conversaciones que giraban en torno al
temor de una crisis que parecía inminente.
Un poco más adelante Ana Mª Espinoza tuvo la
oportunidad de ayudar a una mujer búlgara que se encontraba en una situación
desesperada debido a una confusión con sus documentos legales y a su
incapacidad para hablar bien el español y hacerse entender en las instancias
oficiales. Aquella experiencia, que tuvo un buen desenlace, fue la primera
labor de ayuda que hicimos más allá de la entrega de ropa y alimentos, y nos
vino muy bien para entender que teníamos mucho más que aportar a las personas
de nuestra ciudad. Debido a eso, la actual presidente de la Asociación de
voluntariado Puente de Vida tomó la iniciativa de crear una asociación de ayuda
social para llevar a cabo de una forma más organizada toda esa labor que ya
estábamos haciendo de forma tan improvisada como efectiva.
En Febrero de
2008, la Asociación de Voluntariado Puente de Vida fue inscrita legalmente en
la Junta de Castilla y León con el número 0002079, y también en el registro de
asociaciones del Ayuntamiento de Palencia. Se iniciaba así una nueva etapa de
servicio a la ciudad de Palencia.
Poco después, Cruz Roja nos daba una primera remesa de
400 kilos de alimentos para repartir entre las familias a las que estábamos
atendiendo. Aquella primera remesa nos vino muy bien, ya que el aumento de
solicitantes hizo que la comida que entregaba el Banco de alimentos y la que
daban los socios y voluntarios de la Asociación, resultara
totalmente insuficiente. Además, el poder disponer de productos no perecederos
nos permitió trabajar de una forma más organizada, estableciendo lotes de
comida que se daban periódicamente a las familias más necesitadas.
Pero el aumento de solicitantes y de comida y ropa
recibida impidió seguir trabajando en las instalaciones de la iglesia
evangélica Centro Cristiano de Palencia, por lo que los quince socios de Puente
de Vida acordamos alquilar un local para uso de esta Asociación. Gracias al
compromiso de estos quince socios, y al apoyo del resto de la congregación, en
2010 alquilamos un local suficientemente grande para albergar un ropero, un almacén
de alimentos, un despacho y una sala lúdica para jóvenes. 2010 también fue el
año en que iniciamos actividades en una nueva área: la atención a la juventud,
tanto la de Palencia, como la inmigrante. Gracias a la Junta de Castilla y
León, que nos ha concedido hasta ahora dos subvenciones, y gracias al apoyo y
asesoría de la concejala Paloma Rivero, quien estuvo ayudándonos desde el
principio (primero desde su puesto en la Junta y actualmente desde el
Ayuntamiento de Palencia), hemos podido realizar dos campamentos juveniles
enfocados en la integración de chavales inmigrantes y españoles, tres torneos
deportivos interculturales, con un enfoque similar, y otras actividades, como
un concurso de graffiti o unas veladas lúdicas que esta Asociación llevó a
cabo durante los festejos de San Antolín de 2012.
En la actualidad Puente de Vida quiere y necesita ir a
más. Ya son más de 100 familias las que se benefician de los alimentos y la
ropa que repartimos mensualmente (y cada semana se incorporan nuevas personas
debido a la situación actual). Y cada vez son más también los proyectos y
actividades que esta Asociación lleva a cabo para tratar de ser útil a la
ciudad de Palencia.
Queda mucho
trabajo por hacer, mucho en lo que ayudar a esta ciudad de Palencia, pero
estamos ilusionados, sabiendo que con trabajo y el apoyo de quienes quieran
acompañarnos en este camino, podremos lograr grandes cosas y dejar una impronta
positiva en la vida de muchas personas que están pasándolo francamente mal.
¿Nos acompañas?